The Days - A Poetic Tribute to Juan Parra Del Reigo (In English and Spanish)
English Version
The Days
By Dennis L. Siluk, Ed.D (Poet Laureate)
(Tribute to Juan Parra Riego)
I
All year, knowing you’re dead,
I’ve sat in two hard-pillowed chairs,
Looking out the windows, being sad
With human melancholy, trying to restart
Those days in which you lived your poetry—
(in translating, editing, and selecting your best),
Days when your youth like mine, felt the sun
Carried ambition, from earth to sky,
Ominous days, with inspiration to share;
I live them now, but feel yours in death.
II
Today, is like any day, I suppose
As you once knew, expected death,
As I do now. The sky is overcast,
(I hear the shuddering rain, the splash
As cars driving by, with purring engines)—
And in the rush, like a river off-course,
This is the moment when the air
Being most full of life and images,
Appears lifeless, no motion, now:
Land, river and sky, we merge, the
Splash is gone. And so is my sadness.
Everything is drowned out of me, but you
(so I can write this poetic tribute).
My memories emerge (with them), I’ve found
The days you lived, the key to your poetry;
The secret closet you hid as a poet.
III
I think of all you did, when you lived
(That is, all you wrote, and might have wrote
And done before death undid you…despair)
There was much promise in your youthful
Years--your wild reserve, the color of autumn leaves
In your Face, inspiring the wind, and woods
And the bare silence in the hummingbirds.
None had such promise then, not even
Cesar Vallejo, or Borges, not even Yeats,
Or Keats, GeorgeTrakl, or Pablo Neruda.
Your rhythm and rhyme, scapegrace charm,
Pattern and structure of sound, verse and meter,
Accentual-syllabic line, all gave motion
As if glazed in rain, falling hard to soft…with
Disarming grace, yes, oh yes, you were bold,
As Homer, building a wooden horse
To Deceive and then destroy Troy!
In the Age of Symbolism and Modernism.
It was, was it not, in your luckless blood?
That failure came only because all passion
Was taken away in mid-course? By Death!
You shrank to nothingness, but still you
Wrote your poetry, an hour before your death!
You lived beyond the gloomy boredom of regret.
You did not deject any love, the beat of your heart,
Was for Blanca Luz Brum, no cold fortune…
Your slow death, shaped your stare upon life
There was blood within that sightless stare,
But it made you one, made you look and wrote
Your poetry in stone, at the end, alone…
IV
Your poetry has outlived you, and that sightless stare.
Your poetry Parra, has outlive that boat you rowed—
So long ago, in Montevideo and it will
Out live the painting that hung in your room
Where you sat by a table— the ultimate last hours
Before your death (with Blanca Luz and an amigo)…
I see the grief upon her youthful face, drunk
With loss, seeking some oblivious place, to hide in
Desolation, despondency, mouth open as if in horror,
Eyes staring, for the haunted hour is near, harrowing
Face, full of disgrace…for being helpless!
She holds hard onto her chair, legs half crossed,
Breathing slowly, she knows soon, what she must endure.
V
Blanca and Juan’s amigo, stood by him the hour
Of his humiliation, yet he did not turn upon them
In the last hours of the night—they in a sad self-
Loathing, Juan, concealing nothing,
He heard Blanca cry, “I am lost. But you are worse!”
Perhaps the dying do not own to their dominance.
But this night, the lights were lowered,
It was the later hour,
And then the lights went out,
then the dissipation of the night passed…
Everybody worn-out, utter destitution
And the two now knew, the world deprived!
VI
Knowing, and having heard, read the bare fact
Of your death, the word lingers in my head--
Death in that haunting room,
Shut tight, from sky and cloud,
Only silent thoughts, cast from
Moment to moment, to illume later on
With those loved ones by your side
...
The hours you and I have now known,
Even though you’ve been dead over eighty-years,
Neither denounces my poem, tribute for you,
Nor pardons, my words, if they offend…
Like you, I have seen the moon’s light, glide
Upon, and over the sea’s tide, and the waves
Lost on the sandy shore, as they recede never
To succumb to them even when the dark has come;
I hope I am strong as you (when my death comes),
Although I cannot promise what I cannot give…
and now to your Surpassed fame, O’dark!
you have turned into light!
Written 12-24-2008 (Morning); Huancayo, Peru, No: 2533
Spanish Version
Spanish Version
Los Días
Por Dr. Dennis L. Siluk, Ed.D (Poeta Laureado)
(Tributo a Juan Parra del Riego)
I
Todo el año, sabiendo que estás muerto,
Me he sentado en un sillón con dos cojines,
Mirando por la ventana, estando triste
Con melancolía humana, tratando de revivir
Aquellos días en que viviste tus poesías—
(traduciéndolas, editándolas y seleccionando tus mejores),
Días cuando tu juventud como la mía, sintieron el sol
Llevar ambición, desde la tierra hasta el cielo,
Días siniestros, con inspiración para compartir;
Ahora los vivo, pero siento los tuyos en la muerte.
II
Hoy, es como otro día, supongo
Como tú una vez lo supiste, muerte esperada,
Como yo lo sé ahora. El cielo está nublado,
(Escucho la estremecedora lluvia, las salpicaduras
Mientras los carros pasan, sus motores ruidosos)
Y en la prisa, como un río fuera de curso, ahora
Es el momento cuando el aire
Estando principalmente lleno de vida e imágenes,
Aparece sin vida, sin movimiento, ahora:
Tierra, río y cielo, nos fusionamos, las
Salpicaduras se han ido. Y también mi tristeza.
Todo es ahogado en mi, pero no tú
(por eso puedo escribir este tributo poético)
Mis memorias emergen (con ellos), he encontrado
Los días que tú viviste, la llave a tus poesías:
El armario secreto que escondiste como poeta.
III
Pienso en todo lo que hiciste, cuando viviste
(Es decir, todo lo que escribiste y pudiste escribir
Y hecho antes que la muerte te llevara…desesperación)
Hubo mucha promesa en tus años
Jóvenes—tu reserva entusiasta, el color de las hojas de otoño
En tu cara, inspirando al viento, y bosques
Y al silencio desnudo en los picaflores.
Ninguno tuvo tal promesa entonces, no aún
César Vallejo, o Borges, no aún Yeats,
O Kyats, George Trakl, o Pablo Neruda.
Tu ritmo y rima, encanto astuto,
Modelo y estructura del sonido, verso y medida,
Líneas silábicas acentuadas, todo daban movimiento
Como cristales en la lluvia, cayendo con fuerza y suave…con
Gracia desarmada, si, o si, tú fuiste audaz,
Como Homero, construyendo su caballo de madera
¡Para engañar y luego destruir a Troya!
En la Edad del Simbolismo y Modernismo.
Esto estaba en tu sangre desafortunada ¿cierto?
Esa falla vino sólo porque toda pasión
Estaba siendo quitada a mitad del recorrido ¡Por la muerte!
Tú te redujiste a la nada, pero aún
Escribiste tu poesía, ¡una hora antes de tu muerte!
Tú viviste más allá del sombrío aburrimiento de pesar.
Tú no afligiste a ningún amor, los latidos de tu corazón,
Fueron para Blanca Luz Brum…
Tu muerte lenta, moldeó tu mirada sobre la vida
Había sangre dentro de esa mirada ciega,
Pero esto te hizo uno, te hizo mirar y escribir
Tu poesía en piedra, al final, solo…
IV
Tu poesía te ha sobrevivido, y a esa mirada ciega.
Tu poesía, Parra, ha sobrevivido aquel bote que remaste—
Mucho tiempo atrás, en Montevideo y esta
Sobrevivirá a la pintura colgada en la pared de tu cuarto
Donde te sentaste cerca de una mesa—las últimas horas
Antes de tu muerte (con Blanca Luz y un amigo)…
Veo el dolor en su cara joven, embriagada
Con pérdida, buscando algún lugar tranquilo, para esconderse
En desolación, abatida, boquiabierta como si en horror,
Ojos mirando, porque la hora atribulada está cerca,
Cara desgarradora, llena de desgracia… ¡por ser impotente!
Ella se agarra fuerte de su silla, sus piernas medias cruzadas,
Respirando lentamente, ella sabe pronto, lo que debe de sufrir.
V
Blanca y el amigo de Juan estuvieron cerca de él la hora
De su degradación, aunque él no se volteó hacia ellos
En las últimas horas de la noche—ellos en una triste
Auto aversión, Juan, sin nada que ocultar,
Él oyó gritar a Blanca, “Estoy perdida, pero tú estás peor”
Talvez el moribundo no poseía a sus dominios,
Pero esta noche, las luces estaban bajas,
Era la última hora,
Y luego las luces se apagaron,
entonces la disipación de la noche pasó….
Todos rendidos, en completa penuria
Y los dos ahora supieron, ¡el mundo se privó!
VI
Sabiendo y habiendo oído, leído sobre la verdad desnuda
De tu muerte, la palabra perdura en mi cabeza—
Muerte en ese cuarto tormentoso,
Cerrado fuertemente, desde el cielo y nubes,
Sólo pensamientos silenciosos, echados de
Momento a momento, para iluminar más tarde
Con aquellos seres amados por tu lado
…
Las horas que tú y yo ahora conocemos,
A pesar de que tú estás muerto más de ochenta años,
Ni denuncia mi poema, un tributo para ti,
Ni perdona, mis palabras, si ellas ofenden…
Como tú, he visto la luz de la luna, deslizarse
Encima, y sobre la marea del mar, y las olas
Perdidas en las orillas arenosas, mientras ellas se retiran
Para nunca sucumbir a ellos aun cuando la oscuridad ha llegado;
Espero que yo sea fuerte como tú (cuando mi muerte llegue),
Aunque no puedo prometer lo que no puedo dar…
Y ahora a tu fama superada, ¡oh oscuridad!
¡Tú te has transformado en luz!
Escrito el 24-Dic.-2008 en la mañana, en Huancayo, Perú. Nro. 2533
The Days
By Dennis L. Siluk, Ed.D (Poet Laureate)
(Tribute to Juan Parra Riego)
I
All year, knowing you’re dead,
I’ve sat in two hard-pillowed chairs,
Looking out the windows, being sad
With human melancholy, trying to restart
Those days in which you lived your poetry—
(in translating, editing, and selecting your best),
Days when your youth like mine, felt the sun
Carried ambition, from earth to sky,
Ominous days, with inspiration to share;
I live them now, but feel yours in death.
II
Today, is like any day, I suppose
As you once knew, expected death,
As I do now. The sky is overcast,
(I hear the shuddering rain, the splash
As cars driving by, with purring engines)—
And in the rush, like a river off-course,
This is the moment when the air
Being most full of life and images,
Appears lifeless, no motion, now:
Land, river and sky, we merge, the
Splash is gone. And so is my sadness.
Everything is drowned out of me, but you
(so I can write this poetic tribute).
My memories emerge (with them), I’ve found
The days you lived, the key to your poetry;
The secret closet you hid as a poet.
III
I think of all you did, when you lived
(That is, all you wrote, and might have wrote
And done before death undid you…despair)
There was much promise in your youthful
Years--your wild reserve, the color of autumn leaves
In your Face, inspiring the wind, and woods
And the bare silence in the hummingbirds.
None had such promise then, not even
Cesar Vallejo, or Borges, not even Yeats,
Or Keats, GeorgeTrakl, or Pablo Neruda.
Your rhythm and rhyme, scapegrace charm,
Pattern and structure of sound, verse and meter,
Accentual-syllabic line, all gave motion
As if glazed in rain, falling hard to soft…with
Disarming grace, yes, oh yes, you were bold,
As Homer, building a wooden horse
To Deceive and then destroy Troy!
In the Age of Symbolism and Modernism.
It was, was it not, in your luckless blood?
That failure came only because all passion
Was taken away in mid-course? By Death!
You shrank to nothingness, but still you
Wrote your poetry, an hour before your death!
You lived beyond the gloomy boredom of regret.
You did not deject any love, the beat of your heart,
Was for Blanca Luz Brum, no cold fortune…
Your slow death, shaped your stare upon life
There was blood within that sightless stare,
But it made you one, made you look and wrote
Your poetry in stone, at the end, alone…
IV
Your poetry has outlived you, and that sightless stare.
Your poetry Parra, has outlive that boat you rowed—
So long ago, in Montevideo and it will
Out live the painting that hung in your room
Where you sat by a table— the ultimate last hours
Before your death (with Blanca Luz and an amigo)…
I see the grief upon her youthful face, drunk
With loss, seeking some oblivious place, to hide in
Desolation, despondency, mouth open as if in horror,
Eyes staring, for the haunted hour is near, harrowing
Face, full of disgrace…for being helpless!
She holds hard onto her chair, legs half crossed,
Breathing slowly, she knows soon, what she must endure.
V
Blanca and Juan’s amigo, stood by him the hour
Of his humiliation, yet he did not turn upon them
In the last hours of the night—they in a sad self-
Loathing, Juan, concealing nothing,
He heard Blanca cry, “I am lost. But you are worse!”
Perhaps the dying do not own to their dominance.
But this night, the lights were lowered,
It was the later hour,
And then the lights went out,
then the dissipation of the night passed…
Everybody worn-out, utter destitution
And the two now knew, the world deprived!
VI
Knowing, and having heard, read the bare fact
Of your death, the word lingers in my head--
Death in that haunting room,
Shut tight, from sky and cloud,
Only silent thoughts, cast from
Moment to moment, to illume later on
With those loved ones by your side
...
The hours you and I have now known,
Even though you’ve been dead over eighty-years,
Neither denounces my poem, tribute for you,
Nor pardons, my words, if they offend…
Like you, I have seen the moon’s light, glide
Upon, and over the sea’s tide, and the waves
Lost on the sandy shore, as they recede never
To succumb to them even when the dark has come;
I hope I am strong as you (when my death comes),
Although I cannot promise what I cannot give…
and now to your Surpassed fame, O’dark!
you have turned into light!
Written 12-24-2008 (Morning); Huancayo, Peru, No: 2533
Spanish Version
Spanish Version
Los Días
Por Dr. Dennis L. Siluk, Ed.D (Poeta Laureado)
(Tributo a Juan Parra del Riego)
I
Todo el año, sabiendo que estás muerto,
Me he sentado en un sillón con dos cojines,
Mirando por la ventana, estando triste
Con melancolía humana, tratando de revivir
Aquellos días en que viviste tus poesías—
(traduciéndolas, editándolas y seleccionando tus mejores),
Días cuando tu juventud como la mía, sintieron el sol
Llevar ambición, desde la tierra hasta el cielo,
Días siniestros, con inspiración para compartir;
Ahora los vivo, pero siento los tuyos en la muerte.
II
Hoy, es como otro día, supongo
Como tú una vez lo supiste, muerte esperada,
Como yo lo sé ahora. El cielo está nublado,
(Escucho la estremecedora lluvia, las salpicaduras
Mientras los carros pasan, sus motores ruidosos)
Y en la prisa, como un río fuera de curso, ahora
Es el momento cuando el aire
Estando principalmente lleno de vida e imágenes,
Aparece sin vida, sin movimiento, ahora:
Tierra, río y cielo, nos fusionamos, las
Salpicaduras se han ido. Y también mi tristeza.
Todo es ahogado en mi, pero no tú
(por eso puedo escribir este tributo poético)
Mis memorias emergen (con ellos), he encontrado
Los días que tú viviste, la llave a tus poesías:
El armario secreto que escondiste como poeta.
III
Pienso en todo lo que hiciste, cuando viviste
(Es decir, todo lo que escribiste y pudiste escribir
Y hecho antes que la muerte te llevara…desesperación)
Hubo mucha promesa en tus años
Jóvenes—tu reserva entusiasta, el color de las hojas de otoño
En tu cara, inspirando al viento, y bosques
Y al silencio desnudo en los picaflores.
Ninguno tuvo tal promesa entonces, no aún
César Vallejo, o Borges, no aún Yeats,
O Kyats, George Trakl, o Pablo Neruda.
Tu ritmo y rima, encanto astuto,
Modelo y estructura del sonido, verso y medida,
Líneas silábicas acentuadas, todo daban movimiento
Como cristales en la lluvia, cayendo con fuerza y suave…con
Gracia desarmada, si, o si, tú fuiste audaz,
Como Homero, construyendo su caballo de madera
¡Para engañar y luego destruir a Troya!
En la Edad del Simbolismo y Modernismo.
Esto estaba en tu sangre desafortunada ¿cierto?
Esa falla vino sólo porque toda pasión
Estaba siendo quitada a mitad del recorrido ¡Por la muerte!
Tú te redujiste a la nada, pero aún
Escribiste tu poesía, ¡una hora antes de tu muerte!
Tú viviste más allá del sombrío aburrimiento de pesar.
Tú no afligiste a ningún amor, los latidos de tu corazón,
Fueron para Blanca Luz Brum…
Tu muerte lenta, moldeó tu mirada sobre la vida
Había sangre dentro de esa mirada ciega,
Pero esto te hizo uno, te hizo mirar y escribir
Tu poesía en piedra, al final, solo…
IV
Tu poesía te ha sobrevivido, y a esa mirada ciega.
Tu poesía, Parra, ha sobrevivido aquel bote que remaste—
Mucho tiempo atrás, en Montevideo y esta
Sobrevivirá a la pintura colgada en la pared de tu cuarto
Donde te sentaste cerca de una mesa—las últimas horas
Antes de tu muerte (con Blanca Luz y un amigo)…
Veo el dolor en su cara joven, embriagada
Con pérdida, buscando algún lugar tranquilo, para esconderse
En desolación, abatida, boquiabierta como si en horror,
Ojos mirando, porque la hora atribulada está cerca,
Cara desgarradora, llena de desgracia… ¡por ser impotente!
Ella se agarra fuerte de su silla, sus piernas medias cruzadas,
Respirando lentamente, ella sabe pronto, lo que debe de sufrir.
V
Blanca y el amigo de Juan estuvieron cerca de él la hora
De su degradación, aunque él no se volteó hacia ellos
En las últimas horas de la noche—ellos en una triste
Auto aversión, Juan, sin nada que ocultar,
Él oyó gritar a Blanca, “Estoy perdida, pero tú estás peor”
Talvez el moribundo no poseía a sus dominios,
Pero esta noche, las luces estaban bajas,
Era la última hora,
Y luego las luces se apagaron,
entonces la disipación de la noche pasó….
Todos rendidos, en completa penuria
Y los dos ahora supieron, ¡el mundo se privó!
VI
Sabiendo y habiendo oído, leído sobre la verdad desnuda
De tu muerte, la palabra perdura en mi cabeza—
Muerte en ese cuarto tormentoso,
Cerrado fuertemente, desde el cielo y nubes,
Sólo pensamientos silenciosos, echados de
Momento a momento, para iluminar más tarde
Con aquellos seres amados por tu lado
…
Las horas que tú y yo ahora conocemos,
A pesar de que tú estás muerto más de ochenta años,
Ni denuncia mi poema, un tributo para ti,
Ni perdona, mis palabras, si ellas ofenden…
Como tú, he visto la luz de la luna, deslizarse
Encima, y sobre la marea del mar, y las olas
Perdidas en las orillas arenosas, mientras ellas se retiran
Para nunca sucumbir a ellos aun cuando la oscuridad ha llegado;
Espero que yo sea fuerte como tú (cuando mi muerte llegue),
Aunque no puedo prometer lo que no puedo dar…
Y ahora a tu fama superada, ¡oh oscuridad!
¡Tú te has transformado en luz!
Escrito el 24-Dic.-2008 en la mañana, en Huancayo, Perú. Nro. 2533
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